¿Por qué soñamos?





¿Por qué soñamos?
           
            Cuando nos movemos, todos nuestros movimientos influyen en nuestro ser sensitivo que es el que enlaza nuestra sensaciones psíquicas con las físicas. Somos seres absolutamente sensitivos; ya que somos una saturación de sensaciones que posibilita que existan las opciones psíquicas y física; con lo cual el desgaste de todos nuestros movimientos es también un desgaste sensitivo. 

            Para poder descansar adecuadamente las energías sensitivas necesitarán desconectarse del pensamiento; ya que el pensar produce un gran gasto de energía sensitiva. Porque cuando se piensa, se piensa constantemente con los cinco sentidos permaneciendo contactados con cada mínimo espacio sensitivo físico y psíquico, lo cual nos permite poder estar alerta constantemente. Además, las memorias psíquicas relacionadas con el pensamiento nos permiten poder memorizar las sensaciones como informaciones; las cuales nos serán útiles para poder movernos adecuadamente; y también nos podrán ser útiles como información almacenada para poder aprender a adaptarnos mejor y para poder usarlas memorísticamente cuando sean necesarias, o incluso para poder heredarlas. Para soñar es necesario desconectar el pensamiento de las sensaciones físicas y psíquicas; de esta manera soñamos lo que las memorias tienen registrado.

            Debido a ese desgaste continuo de energía sensitiva que nos producen las experiencias físicas y psíquicas que experimentamos continuamente, sufrimos un cansancio, que a través del descanso tratamos de disminuir o equilibrar. A través del sueño tratamos de repartir equilibradamente la energía sensitiva que nos han proporcionado los alimentos suministrados a lo largo del día. Sin darnos cuenta, ese descanso nos puede sumergir en un profundo relax o sueño para que el descanso aún sea más eficaz.

             Las sensaciones físicas y psíquicas después de las vivencias experimentadas cotidianamente, se encuentran desgastadas y desequilibradas. Y aunque no nos hayamos movido en todo el día, nuestras sensaciones físicas y psíquicas se desgastarán igualmente, pues el hecho de sólo pensar, ya es estar alerta con los cinco sentidos; y eso, como ya he dicho anteriormente,  supone también un gran desgaste sensitivo; con lo cual necesitaremos recuperarnos de la pérdida de parte de dicha energía sensitiva, gracias a los alimentos que hayamos consumido, proceso que se efectuará eficazmente mediante el descanso adecuado equivalente al sueño. 

            Ese desgaste de energía sensitiva experimentado por el esfuerzo físico y psíquico, supondrá un mayor desgaste en las partes más usadas que en las menos usadas; ya sean partes físicas o psíquicas. Con lo cual, además de necesitar cargarnos de energía sensitiva a través de los alimentos, sería necesario que nos equilibrásemos de dicha energética sensitivamente para que así algunas de nuestras partes físicas o psíquicas no se deterioren con el desuso o por el abuso de dicha energía sensitiva.

            Además de necesitar descansar para equilibrarnos de energía sensitiva; también, permanentemente necesitaremos un barrido constante de energía sensitiva, para así poder detectar, equilibrar y controlar continuamente cada mínima parte sensitiva de nuestro ser. De esta manera, reconoceremos constantemente nuestro yo físico, que es el mismo yo que el yo psíquico, para comprobar que continuamos siendo el mismo yo; y así comprobaremos si concuerda ese yo con todas nuestras adaptaciones físicas y psíquicas, para así poder memorizar todas las sensaciones posibles que nos sirvan luego para una mejor adaptación física y psíquica, información que nos podría servir para heredarla a posibles futuros heredero. La energía sensitiva no es inagotable, se agota con la muerte, y aunque el fluir continuo de dicha energía sensitiva, fluya mínimamente por todo el ser, y eso pueda también agotarla, el alimento nos suministrará la suficiente energía sensitiva como para continuar viviendo. Si en alguna parte del ser no fluye la energía sensitiva, es porque esa parte ha desaparecido o porque esa parte no está sana. Y todo esto sucede sin darnos cuenta, las múltiples y complejas memorias psíquicas se encargan de ello, ya que evolutivamente nos hemos adaptado a eso.

            ¿Qué pasa cuando soñamos?: que tratamos de equilibrar de energía sensitiva todo nuestro ser. El cual necesitará descansar adecuadamente mediante el sueño, para que así pueda tener  mayor eficacia el fluir sensitivo. Cuando se necesita dormir es por algo, no es porque sí. El sueño suele llegar cuando tratamos de descansar; por lo tanto; no hay más remedio que pensar que el cansancio y el descanso están inevitablemente relacionados con el sueño. ¿Y por qué surge el cansancio?: lógicamente se producirá por un desgaste físico o psíquico, o ambos a la vez. Entonces, eso podría conducirnos a preguntarnos del por qué se produce el cansancio físico y psíquico, aparte de por el esfuerzo físico o psíquico: Supongo que todos los cansancios, físicos y psíquicos, se producen como consecuencia del desgaste de la energía sensitiva; la cual es la inductora de la transformación de su propia energía sensitiva en movimientos, gracias a que evolutivamente se ha posibilitado de la posibilidad de poder disponer de las herramientas físicas necesarias para ello; y también de poder disponer de las herramientas psíquicas idóneas, a las cuales se les ha otorgado el poder de dirigir dichos movimientos.

            Desde el origen de la vida, la propia vida necesitó para evolucionar como vida, el sentir las cosas, necesitó la energía sensitiva;  la cual posibilitó a la vida del poder de evolucionar hasta poder memorizar lo sentido. La energía sensitiva en forma de vida inmaterial continúo evolucionando hasta otorgar a la vida la fuerza psíquica sensitiva necesaria para poder memorizar lo aprendido y poder así continuar memorizando y proseguir evolucionando constantemente. Eso le permitió a la vida llegar a poseer la parte física necesaria para así poder seguir evolucionando como vida. Así que, primero se originaría la vida como una especie de energía sensitiva inmaterial, para luego posibilitarse una especie de memoria psíquica o alma, también inmaterial; y a través de esta especie de alma o yo psíquico sensitivo,  se originaría la parte física. Y así, como vida psíquica y física, continuaría evolucionando la vida hasta lo que es hoy en día.    

            Cuando se duerme mal se nota el cansancio al día siguiente. Cuando se duerme mal no se está, ni psíquica ni físicamente equilibrado sensitivamente de manera adecuada. Con lo cual, la mejor manera de descansar es soñar plácidamente el tiempo necesario; ya que ese relax profundo condiciona a nuestro ser lo necesario para que se equilibre de energía sensitiva de la mejor manera posible. Y para eso, lo mejor es desconectar el pensamiento de todo tipo de sensaciones, y se desconecta soñando. Al equilibrarnos sensitivamente, mediante el sueño, disminuimos las energías sensitivas psíquicas y físicas de las partes psíquicas y físicas más cargadas de energías sensitivas, para así poder compensar, las partes psíquicas y físicas menos cargadas de energía sensitiva.

            No solamente la carencia o abuso de energías sensitivas en cualquier mínima parte psíquica y física de la vida, podrían ser perjudiciales para la misma vida; sino que hay que tener en cuenta que una parte de nosotros es herencia y que además tenemos la posibilidad de heredar; con lo cual las energías sensitivas se tienen que equilibrar conforme a lo que somos, a lo que heredamos y a lo que podemos heredar. Así como también, hay que tener en cuenta, que dentro de nuestro organismo existe gran cantidad de  microorganismos, vivos o no, que también se tienen que generar y equilibrar sensitivamente y que muchos de ellos se alimentan de nuestras energías sensitivas o se aprovechan de ellas. Además, esos microorganismos se tienen que adaptar a nuestras adaptaciones, bien sea para poder adaptarse a nuestro ser o bien sea para ayudarnos a combatir enfermedades o para otros menesteres necesarios para que podamos vivir adecuadamente; pues sus vidas también dependen de que nuestras vidas vivan, y a ser posible lo más adecuadamente, y de que continuemos viviendo el máximo tiempo posible. Todo en nuestro ser está adaptado a luchar contra la muerte de nuestro propio ser.

            Voy a poner como ejemplo sensitivo a un árbol, que como ser viviente vegetal que es, adaptado a un tiempo lento de vivir, no necesitará el sueño para poder vivir. Un árbol es un ser sensitivo psíquico y físico al igual que cualquier otro ser vivo, sea vegetal o animal. Únicamente que el árbol al moverse muy lentamente y al estar siempre en el mismo lugar, experimentará las sensaciones de manera más equilibrada que los seres vivos no vegetales. Con lo cual, supongo que el árbol al estar tan sincronizado sensitivamente, no se cansará, con lo cual no necesitará soñar para poder descansar y equilibrarse de energía sensitiva, ya que el árbol se recarga de energía sensitiva al mismo tiempo que la va desgastando y según vaya alimentándose. Gracias a su adaptación lenta de vivir como árbol, su existencia irá compensando paulatinamente sus desgastes sensitivos psíquicos y físicos de una manera rítmica. Que es como decir que el árbol se encuentra en permanente relax, que no es sueño en sí, pues constantemente se está equilibrando de energía sensitiva. Este lento, pero constante, equilibrarse de energías sensitivas, le permitirá al árbol vivir más tiempo, a la vez que las sensaciones la percibirá rítmicamente con mayor suavidad, o sea con menor dolor; ya que no es lo mismo sufrir un dolor fuerte en un corto tiempo que el mismo dolor en un tiempo más largo y equilibrado, dolor que quedaría como más suavizado. Realmente el árbol es un ser viviente más perfecto que los seres humanos, porque ha dispuesto de más tiempo evolutivo como árbol que nosotros como seres humanos, lo cual les ha permitido evolucionar con mayor perfección. También el árbol detectará  la sensibilidad en cada mínimo espacio de su cuerpo vegetal al igual que los humanos la sentimos en cada mínima parte de nuestro cuerpo; ya que el árbol siempre tiende a subsanar todos sus deterioros físicos, aunque estos sean mínimos; eso es una prueba de que también los árboles en cada mínimo espacio de sus cuerpos vegetales experimentan una sensación; aunque las sensaciones que perciban la perciban con suavidad por estar constantemente equilibrados de energía sensitiva.  

 
Comentario sobre esté artículo: Después de haber publicado este artículo, he leído por ahí, en un artículo científico, que cuando dormimos también pensamos.

            Me puedo equivocar en muchas de mis ideas, pero en esta no creo. Estoy seguro de que cuando dormimos dejamos de pensar; o sea que desconectamos nuestros pensamientos de las sensaciones físicas. 
            Porque, qué es el pensar sino el estar consciente de todo, es el estar despierto y poder meditar sobre todo lo que nos sucede y todo lo que nos rodea y cuando estamos dormido no lo podemos hacer. Para mí no hay ninguna duda, cuando estamos dormidos dejamos de pensar, porque si se pensase cuando estamos dormidos entenderíamos lo que nos dijesen y lo que nos sucediese a nuestro alrededor, ya que entender es pensar. Y no es así, cuando estamos dormidos no entendemos nada de nada. Con lo cual inevitablemente, cuando dormimos, se desconecta nuestro pensamiento, y esto, supongo que es así porque el pensamiento representa un gran gasto de energía sensitiva que necesitamos compensar y equilibrar sensitivamente cuando dormimos.

            Supongo que lo que detectan los científicos cuando dormimos, es como nuestro cerebro continua funcionando; claro que continua funcionando, pues nada de nuestro ser puede de dejar de funcionar, ni despiertos ni dormidos. Nuestros psiquismos no se desconectarán cuando dormimos; pero sí que se desconectarán nuestros pensamientos, ya que nuestros pensamientos no son una realidad física, nuestros pensamientos son un orden, el orden de todo nuestro psiquismo (lean en mi blog: http://articulosnuevos.blogspot.com, mi artículo "cómo crear un pensamiento artificial" en el que expongo lo que es el pensamiento). Y de esta manera, el cerebro, que no es el pensamiento aunque este forme parte de él, aprovechará nuestros descansos cuando dormimos, para compensar y sincronizar, psíquica memorísticamente, las energías perdidas y mal sincronizadas por el uso constante.  


 Autor: Salvador Sánchez Melgar
http://www.articulosnuevos.blogspot.com
http://www.evolucioninteligentesinfin.com

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