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jueves, 7 de marzo de 2024

¿La existencia qué es?




Existencias
Existencia en movimiento. Pixabay

¿Qué es la existencia?


  • Movimiento, tiempo y existencia son la misma cosa

  • Jerarquía viviente



Movimiento, tiempo y existencia son la misma cosa


En el espacio galáctico donde vivimos el movimiento, tiempo y existencia son la misma cosa (vean el tiempo o el movimiento o la existencia).

Ya que en éste espacio universal donde vivimos el movimiento es la atracción de las existencias entre sí perfectamente sincronizadas como tiempo. Existencias que también están inducidas a moverse con gran sincronización por el movimiento expansivo. Todo eso forman un gran orden movimiento-existencia-tiempo.

Es decir que gracias a que todo en el espacio donde vivimos es movimiento atractivo perfectamente sincronizado sus existencias que son puro movimiento se mueven sincronizadamente. Y esa gran sincronización entre existencias dinámicas es lo que permite que existe un tiempo perfectamente sincronizado. Por tanto movimiento, existencia y tiempo son la misma cosa aunque existan con diferentes tendencias.


Y todo eso induce a que además, la evolución y la transformación de la existencia sean también lo mismo pero con otras tendencias.


Queda claro que el universo se expande sin cesar y que por eso todo se mueve como ya está comprobado.

Como queda claro que todo se mueve; en el espacio expansivo todo es una saturación de existencias dinámicas más pequeñas posibles, y que por ser así son semejantes entre sí. Cada una de esas existencias ocupan un lugar dinámico propio, por eso cada una posee su identidad propia, o yo propio, que no puede ser ocupado por otro yo.

Existencias que al unirse entre sí en el espacio gravitatorio donde vivimos han creado un espacio universal con todo tipo de existencias posibles, las cuales existen como existencias compuestas y por eso también adquieren su identidad propia, o yo propio, como existencias compuestas.

Existencias que como formaciones compuestas que son ocupan sus propios espacios dinámicos que no pueden ser ocupados por otras existencias compuestas. Y aunque se dividan o se multipliquen formando otras clases de existencias compuestas, cada nueva existencia compuesta tendrá su propio yo, o identidad propia; pero solamente las divisiones más pequeñas posibles son los yos indivisibles.


Con lo cual, si todo eso es así, como lo que es, entonces todo lo que existe es un orden, porque todo posee el orden inducido por esas indivisibles existencias, las cuales sólo pueden existir como orden dinámico rotatorio.


Jerarquía viviente

Por consiguiente, tiene que quedar claro, que si todo es un orden como lo que es, todo es una jerarquía, y cuando digo todo también me refiero a la vida, la cual inevitablemente debe pertenecer a una jerarquía viviente.

Por lo tanto, sólo era cuestión de tiempo que el orden o la jerarquía universal indujese al nacimiento de una jerarquía viviente, irremediablemente unida a la jerarquía universal, como no podía ser de otra manera puesto que todo es un orden.

Lógicamente, el universo estará sembrado de multitudes de planetas que dispongan de sus correspondientes jerarquías vivientes unidas jerárquicamente a la jerarquía universal, ya que la jerarquía viviente era inevitable que surgiese porque todo el universo es un orden, o llamase jerarquía, que evoluciona sin fin como jerarquía, y esto obligaba a que surgiese una jerarquía viviente en la materia blanda, en los lugares adecuados para que surgiese.


Jerarquía viviente que para poder evolucionar como jerarquía viviente tendría que evolucionar individualizándose mediante la creación de individualidades jerárquicas.

Las cuales, gracias a ello, tendrían que adoptarse unas memorias adecuadas llamadas psiquismos para poder individualizarse y así poder decidir por cuenta propia.

Y de ahí, de esos principios, surgieron microscópicamente las vidas individuales con sus yos psíquicos, o almas.

Individualidades vivientes unidas jerárquica y psíquicamente a una jerarquía viviente y a una jerarquía de almas.


No importa repetirlo otra vez, de ahí, de esos yos energéticos jerárquicos universales muy evolutivos, o llamase tendencias jerárquicas energéticas muy evolutivas, nació una jerarquía viviente. La cual, a medida que evolucionaba inducía a que evolucionase esa inseparable jerarquía energética de almas que enlazaba energéticamente con las vidas, y gracias a esas evoluciones dicha jerarquía energética evoluciona cada vez más como jerarquía de almas cada vez más evolutiva.

La jerarquía viviente evolucionaría cada vez más porque era una evolución sin fin, al mismo par también evolucionaría la jerarquía de almas porque es otra evolución sin fin unida evolutivamente con las vidas.

Jerarquías que permanecerán siempre enlazadas psíquicamente ya que pertenecen a una inseparable jerarquía universal.


O sea, que gracias a las almas antes de que fuesen almas existen las vidas, pero también gracias a la vidas existen las almas, puesto que gracias a la evolución viviente las almas han evolucionado como almas.

Como las almas pertenecen a una jerarquía de almas universales habrán evolucionado mucho, porque en el universo existirán evoluciones vivientes muy evolucionadas.

Cuando surgió la inevitable jerarquía viviente de una manera microscópica en la materia blanda, como no podía dejar de evolucionar para poder dominar la materia, surgieron evolutivamente las correspondientes individualidades vivientes, las cuales necesitaban poder decidir individualmente, eso posibilitó que cada vida necesitase un psiquismo viviente, los cuales inevitable evolutivamente surgieron, aunque, al principio, estarían muy poco evolucionados.

De esos principios psíquicos surgió la inteligencia viviente, el yo psíquico individual o llamase alma. Ya que las almas eran necesarias para que la jerarquía universal se pudiese enlazar con las vidas permitiendo que estas pudiesen evolucionar como materia sin dejar de pertenecer a la jerarquía viviente y universal.


Puesto que nada puede evolucionar con total libertad ya que todo pertenece a un mismo orden evolutivo inseparable como orden y como evolución.


De esta manera, a la vez que las vidas evolucionaban psíquicamente evolucionaban también las almas porque las almas eran los yos psíquicos de cada vida.


La jerarquía viviente es una jerarquía enlazada jerárquicamente con la jerarquía universal a través de la jerarquía de las almas.

Las vidas no pueden separarse de la jerarquía viviente, pero tampoco de la jerarquía de almas, por eso surgieron multitud de especies vivientes unidas jerárquicamente. Por eso surgió una especie viviente que evolucionaba psíquicamente más que las demás; ya que era el mejor medio para que jerárquicamente pudiese evolucionar sin fin el orden evolutivo universal.




Autor: Salvador Sánchez Melgar
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