martes, 27 de febrero de 2024

La evolución inteligente sin fin

  




La evolución inteligente sin fin



La evolución inteligente sin fin, el tiempo y el movimiento


            Tengo que dejar claro que cuando me refiero al yo de cualquier tipo de existencia no me refiero sólo al yo humano, ya que considero que es mejor referirme como yo a cualquier existencia que referirme a ella como identidad propia, y espero que se me sobreentienda. Y así de esa manera equiparo como yo a todo lo existente incluido la vida humana, aunque la materia no tenga realmente un yo viviente pero sí que posee un yo material. 
Einstein dijo que todo en el espacio se mueve, que nada está quieto. De que todo es dinamismo, lo decía también el ilustre Xavier Zubiri.
Todo, absolutamente todo en el universo, desde lo más pequeño posible, se mueve. En la materia más solida y quieta posible, dentro de ella microscópicamente todo se mueve. Pero además de que todo se mueve, todo movimiento lleva unido el tiempo, ya que cualquier cosa que se mueva por muy grande o pequeña que sea, inevitablemente necesita un tiempo desde el que inicia el movimiento hasta que lo acaba. 
Todo es movimiento y a la misma vez tiempo, pero también a la misma vez todo es existencia ya que todo lo que se mueve se mueve porque existe. Por tanto, movimiento, tiempo y existencia son la misma cosa. Existencias que no pueden existir separadas pero tampoco mezcladas, sólo pueden existir unidas porque, repito, movimiento, tiempo y existencia son la misma cosa.
Como todo es dinamismo y tiempo transformado en existencia,  el universo tuvo que originarse como movimiento y tiempo evolucionando o  transformándose en existencia. Con lo cual esa primera existencia que originó el universo, lógicamente debería ser la existencia más pequeña posible con el dinamismo menos dinámico posible creada en el tiempo más corto posible. Y debió surgir así de la nada, porque surgió como la primera existencia. Lógicamente surgir como primera existencia significa surgir donde no hay existencia, es decir surgir de la nada.
Esa primera existencia dinámica que surgió de la nada tendría que mantenerse siempre moviéndose para poder existir, porque si dejase de moverse se extinguiría; y además se tendría que mover esféricamente porque se movía rodeado por la nada. De esa forma, rodeado por la nada sólo se puede mover algo si éste algo se mueve girando sobre sí mismo, es decir rotando sobre sí mismo. Algo que esté rodeado por la nada no se puede mover de forma rectilínea, o de manera desordenada porque se lo impediría la propia nada, ya que al estar sujeto por la nada, ésta no se puede traspasar ni mínimamente, porque la nada no existe, y de la única forma de no traspasar la nada es rotando sobre sí misma lo más perfectamente posible, o sea como orden esférico. Ésta forma de existir obligaba a existir de la forma rotatoria más perfecta posible, equivalente a existir de la forma más ordenada posible. Esa tendencia al orden indujo a que el universo creciese expansivamente con orden.
De ese nacimiento universal, surgiría ese primer origen dinámico universal ordenado, que se tendría que mantener siempre en movimiento rotatorio y en perfecto orden como movimiento rotatorio, obligado así por la nada, evolucionando en una especie de existencia rotatoria. De esa manera nacería el primer yo, que es como decir la primera identidad propia; porque todo lo que se  crea adquiere un inevitable yo o identidad propia, ya que se crea como existencia dinámica, ocupando su propio espacio dinámico que no puede ser ocupado por otro yo o identidad propia. Lógicamente, ese primer origen dinámico, si existía era porque nada le impedía su existencia, y así podía existir siempre; pues el movimiento, si es un movimiento propio, no sufre desgastes.
Ese constante movimiento rotatorio universal de ese origen dinámico sufría una tremenda presión, precisamente inducido por la nada ya que la nada impide  que nada salga externamente porque todo lo externo es nada. Eso inducía a que alrededor de ese pequeño mundo dinámico surgiesen otras pequeñas existencias dinámicas semejantes entre sí; ya que todo lo que surge como existencia dinámica, surge como la existencia más pequeña posible. Por eso, ese primer nacimiento universal, gracias a su movilidad constante y a la presión de la nada, estaba obligado a generar una multiplicación constante de pequeñas existencias dinámicas semejantes entre sí ya que sólo se puede nacer como la existencia más pequeña posible. Las cuales, a medida que nacían se agrupaban todas  en un mismo espacio dinámico porque fuera estaba la nada y la nada no se podía ocupar.
Al ser cada vez más grande y expansivo el universo mayor sería la multiplicación de dichas existencias dinámicas. Y eso es una forma engañosa de existir, porque esa grandeza universal no es una grandeza real, es una grandeza dinámica.  
Según lo dicho, de esa primera existencia dinámica más pequeña posible, no podía surgir nada más que existencias dinámicas más pequeña posibles semejantes entre sí, y de éstas aún más existencias semejantes entre si y así sucesivamente; de esa manera el universo crecería mucho y rápido y se expandiría cada vez más en poco tiempo, y cada vez crecería y se expandiría aún más al ser cada vez más grande el universo, pues cada vez habrían más cantidades de dichas existencias dinámicas que se duplicarían sin cesar. Adquiriendo cada existencia dinámica al nacer su propio yo, o identidad propia; puesto que nacían con su propio espacio indivisible que no podía ser ocupado por ninguna otra existencia.
De esa manera, multiplicándose y saturándose sin cesar de dichas existencias dinámicas semejantes entre sí, el propio universo crecía cada vez más adquiriendo la tendencia a moverse rotatoriamente, movimiento transmitido por todos esos nacimientos dinámicos, los cuales se movían rotatoriamente y todos juntos constituían el propio universo. Eso, lógicamente, es una forma expansiva de crecer, pues de esa forma el universo adquiriría cada vez mayor velocidad expansiva a la vez que crecería dinámicamente sin fin cada vez más.
A medida que crecía el universo todo se transformaba o evolucionaba como existencia, la cual sólo se podía formar como existencia mediante un orden universal. Y que mayor orden, que el orden impuesto por esas esencias dinámicas, ordenadas rotatoriamente, que saturaban de dinamismo y de orden todo el universo. Aunque no fuese un perfecto orden, el orden universal impuesto por todas las existencias dinámicas era total. Constituyendo  todo un auténtico orden dinámico evolutivo universal;  que inducía a que la existencia pudiese transformarse o evolucionar, ya sea en forma de materia, energía o vida.
         


Autor: Salvador Sánchez Melgar
http://www.evolucioninteligentesinfin.com
http://www.ideasnuevasweb.wordpress.com

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